lunes, 3 de junio de 2013

La Gorda

la gorda se masturbó pensando en el hombre de la televisión.
Sintió un enorme placer en hacerlo, que no pudo dejar, en su
inconsciente, de rechazar. Recordó a Esteban, el único hombre
con quien lo había hecho. Lo recordó y sintió un leve dejo de
tristeza mientras su mano regordeta penetraba entre los pliegues
de su extensa cavidad. Sus profundos quejidos evocaban los fingidos
sonidos que ella emitía cuando él la penetraba, sin siquiera
mirarla, sin siquiera besarla. ella no dejaba de quejarse, quejarse
como lo había aprendido en las películas de amor.


Rodrigo Leiva (Santiago en 100 palabras)

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